Al lado de la Iglesia en Derio, esta....como no...el ELIZALDE, una cafeteria con dos entradas y ambiente familiar. Esto quiere decir que todo el mundo conoce el nombre del camarero, la cocinera y la madre del camarero...
Acudí hasta allí para disfrutar de un café con mi amigo Txema, del que no hay día que no aprenda algo y hoy he aprendido que la felicidad que produce a familia, es algo tan incomparable que por muchos desencuentros que te produzca siempre como el corcho...sale a flote y es visible.
Elizalde es un café familiar y no solo por que quien lo gestionan son familia, sino por que los clientes forman también parte de ella y como en las series americanas que nos venden, lo cotidiano es lo normal.
Me pedí un café con leche y un bollo de mantequilla, pese a ser las tres de la tarde, pero parece que el dulce tan bilbaino me estaba llamado desde el mostrador. Caí en la tentación y mientras hacia circular a la cucharilla por la taza, deba pequeños bocados. Me sabían a besos que tanto añoro y necesito. Esos que reclamo a mis hijas antes de nuestras despedidas, esos que si no se dan se pierden. Había una canción que no recuerdo pero seguro que mi amigo Jon Fano me apuntara, decía algo así....¿donde irán los besos que no damos?
Y con los labios juntos y separandolos haciendo una pequeña aspiración, fui consumiendo un café muy familiar en el Elizalde de Derio, con mi amigo Txema.
jabier@lavisita.com
Puedes seguirme en Facebook y Twitter @jabiercalle
No hay comentarios:
Publicar un comentario